Mapa estelar

Siempre necesitamos una brújula, un mapa, una orientación para no perdernos en nuestro viaje. En este caso nos guían las estrellas; cuando las situaciones nos hacen dudar, miramos hacia el cielo y allí podemos encontrar las pistas para continuar y para facilitarlo tenemos este mapa de estrellas, donde encontraremos recomendaciones que nos van a facilitar y potenciar considerablemente los procesos de participación grupal en el aula o fuera de ella. Te recomendamos que los uses siempre que puedas, y/o veas que hacen falta para crear clima, contexto y predisposición a la construcción colectiva.

En algunos casos, no encontraremos las pistas necesarias para avanzar, por lo que debemos acudir a bibliografía o recursos específicos para cada situación. Pero en otras muchas ocasiones encontraremos, una orientación concreta para situaciones que se viven en la mayoría de procesos.

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1. Recreemos nuestra clase, nuestro espacio

Estamos haciendo una apuesta muy concreta cuando generamos procesos participativos en los centros educativos y para ello, nos vamos a detener a mirar los posibles espacios con los que contamos y cómo estos pueden ser o no facilitadores de una determinada relación entre las propias estudiantes, el profesorado o cualquier otra persona dinamizadora.

  • ¿Qué se aprende en las aulas? Observemos la forma de organización del mobiliario. Frecuentemente, nos encontramos con habitaciones y aulas en las que la disposición de las mesas y sillas están ordenadas para que el alumnado trabaje individualmente, sin interactuar para nada con el resto de compañeras y compañeros y en las que la atención se fija al frente para que la persona docente, que supuestamente es la única que sabe, enseñe y resuelva las dudas.
  • ¿Qué aprendizaje queremos propiciar a través de un proceso participativo? Tomamos conciencia de las oportunidades de cambio que nos ofrece el espacio. Cualquier modificación sencilla, como por ejemplo amontonar las mesas en una parte, crear un círculo con las sillas y apilar las que sobren, nos puede ayudar a valorar con el grupo las distintas maneras en que podemos ordenar el espacio y qué tipo de relación favorece. Nos lo podemos plantear como un ejercicio de observación del espacio al mismo tiempo que lo vamos modificando y también, como un ejercicio corporal para entrar en calor, concentrarnos, etc…
  • ¿Cómo generar estructuras abiertas a la participación, la actividad cooperativa y las relaciones de confianza? La necesidad de que el alumnado pueda comunicarse entre sí, animarse y ayudarse mutuamente, aprender y compartir saberes, requiere de un espacio abierto y una distribución flexible del mobiliario.

En este sentido, dependiendo que lo que necesitamos hacer en cada momento, lo organizaremos para trabajar en grupos o contaremos con un espacio diáfano para la celebración de asambleas o para momentos lúdicos y de distensión. Así, podemos seleccionar lugares y estructuras para pensar mejor, para alimentar la confianza y el buen trato, lugares para cultivar el buen humor, etc. Identifiquemos en qué zonas nos podemos sentir mejor para diferentes momentos e ideemos de forma colectiva recursos para generar espacios para la comunicación interna o con otras, espacios confortables y cálidos, estructuras prácticas para los momentos de trabajo, etc.

Supone una actividad excelente para introducir el concepto de participación atendiendo a que:

  • Deben hacer un análisis de la realidad y llegar a una propuesta común respecto a la ubicación de las sillas y las mesas en función de los objetivos y la metodología que se vaya a seguir.
  • Debe responder a las necesidades de todas las personas ( a la hora de ver la pizarra, oírse, verse, etc).
  • Deben aprender a organizarse y a planificarse.

Conviene ir parando el proceso de cambio de la clase en diferentes momentos para evaluar qué tal va. En este momento también se introduce el proceso de evaluación.

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2. Bienvenidas las emociones y las motivaciones

La apuesta que estamos haciendo a través de procesos participativos pasa ineludiblemente por contar con un enfoque socioafectivo ya que el mundo interior de las emociones nos acompaña en cualquier tarea que vayamos a emprender.

Abordar el desarrollo humano a nivel individual y colectivo pasan por aspectos afectivos y emocionales como:

  • El autoconocimiento: Muy presente en toda la adolescencia, implica contemplar la construcción de la propia identidad y el crecimiento del propio yo a lo largo de todo el proceso a través del reconocimiento de las emociones, el manejo de los impulsos, de la automotivación, fijándose metas y haciendo por cumplirlas. Supone también la construcción de un sistema de valores, el desarrollo de la autoestima y el reconocimiento de las fortalezas y debilidades.
  • Conciencia social: Facilitemos recursos grupales e individuales para desarrollar la aceptación de sí misma y de las otras personas, desarrollando la empatía, reconociéndonos las múltiples capacidades, experiencias y saberes que poseemos y también, que todas y todos somos vulnerables y codependientes. Aprendamos a aceptar la realidad y las personas con sus trazos positivos y negativos.
  • Manejo de las relaciones: Pasa por desarrollar capacidades para el trabajo cooperativo, para pedir y ofrecer ayuda, para negociar y resolver conflictos. También engloba explorar diversas formas de encuentro y comunicación, analizar las relaciones entre chicas y chicos, entre las personas jóvenes y las adultas, las zonas de conflicto, los territorios de fricción, las posibilidades y los límites para adquirir un compromiso social y establecer relaciones interpersonales basadas en la confianza, el reconocimiento mutuo y el buentrato.
  • Toma responsable de decisiones: A lo largo del proceso hay momentos claves para ampliar las capacidades de identificar problemas, de hacer un análisis contemplando diferentes perspectivas, de reflexionar antes de tomar decisiones y de asumir la responsabilidad individual y colectiva por las acciones emprendidas. En definitiva, facilitemos la toma de conciencia y el desarrollo de habilidades y capacidades para aprender a hacernos cargo de nuestra vida, de la vida que nos rodea y de cuanto acontece en ella.

Para poder nutrir el mundo afectivo y provocar cambios para crecer como personas y como comunidad proponemos cuatro ingredientes básicos:

  • Motivación: aquí nuestro papel como figuras dinamizadoras juega un papel crucial. Juguemos un rol estimulante, dinamizador, trasmitamos optimismo, seguridad y confianza en el grupo. Seamos personas creativas, currémonos los recursos didácticos y combinemos diversidad de técnicas y actividades para enriquecer la experiencia. Por último, no por ello menos importante, seamos sensibles a las necesidades del grupo en cada momento, a su curiosidad y a los bajones y subidones propios de la experiencia y del aprendizaje.
  • Voluntad y esfuerzo personal y colectivo: Movernos por el placer de crear, de aprender sobre algo que realmente nos importa, por la realización de un deseo. Éste debe ser el motor para trabajar, para hacer, para promover el esfuerzo y el refuerzo de la autoestima al implicarse por lo que se cree. Se trata de que el grupo viva en su propia piel la alegría de conseguir, de forma autónoma y colectiva, un deseo labrado con la dedicación de todas y de todos. Busquemos que el grupo reconozca la relación de los diferentes temas tratados con su propia existencia, que los sienta propios y los reconozca individual y colectivamente.
  • El arte de la ternura: Cultivar calidades de afectos, de proximidad, de compasión y de amor para generar relaciones empáticas, sentir a la otra persona, al ser humano en su totalidad. Con la ternura creamos una atmósfera de comprensión mutua, de equilibrio, de protección, de seguridad. Gracias a ella, nos damos cuenta de que no estamos en soledad y que compartimos anhelos, necesidades y aspiraciones comunes.
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3. Claves feministas para colocar la vida en el centro

Poner la vida en el centro de nuestra experiencia pasa por contemplar y comprender que las personas, aun conviviendo en los mismos entornos, no gozamos de las mismas oportunidades y posibilidades de ser, de expresar nuestras necesidades, de hacer aportaciones que tengan eco en la vida comunitaria y de realizarnos. Debido a un complejo entramado de creencias y prácticas que señalan y limitan nuestro lugar en el mundo, las desigualdades de género permean nuestra existencia, nuestras opciones de futuro, nuestras relaciones y nuestros cuerpos.

Para asegurarnos que el proceso que vamos a impulsar integra una perspectiva feminista proponemos una serie de consideraciones metodológicas y una batería de preguntas que pueden servir de orientación para cada etapa.

Recordemos que la mirada feminista que proponemos tiene un doble propósito:

  • Detectar y deshacer creencias, actitudes, relaciones y comportamientos sexistas;
  • Proporcionar lenguajes, expresiones y experiencias inclusivas así como alimentar relaciones horizontales, basadas en el reconocimiento mutuo, el buentratro y el aprecio por la diversidad.

Consideraciones metodológicas

Problematizar lo subjetivo

La subjetividad con la que nos pensamos, imaginamos, nos ilusionamos, deseamos y hacemos está en muchas ocasiones arraigada en creencias, prácticas y discursos impregnados de sexismo y otras formas de discriminación. Cuestionar el contenido subjetivo que permea la vida de los hombres y de las mujeres facilita desvelar la carga heteronormativa y etnocentrista que opera y permite tomar conciencia.

Por ejemplo, valorar la carga subjetiva que tenemos en torno al cuidado, en torno a las relaciones de pareja, la sexualidad, los deseos de realización futuros, etc.

Las palabras importan

Como se suele decir, lo que no se nombra no existe y nuestra lengua ha heredado toda la carga histórica sexista y discriminatoria de la sociedad. Nos puede sorprender la cantidad de términos que ya existen para evitar el uso del masculino como genérico: alumnado, estudiantado, profesorado, comunidad educativa, ciudadanía…Aprender nuevas formulas para nombrar el mundo de manera más equitativa y justa merece la pena!

Incluir el lenguaje corporal

Nuestra relación con el propio cuerpo y el cuerpo de las otras personas también puede ser una fuente rica para descubrir los efectos normativos y disciplinarios a los que el sexismo nos somete. Aprovechemos el saber y el lenguaje corporal para comprender desde ahí la problemática de los géneros.

Perspectiva interdisciplinaria

El sexismo supone un entramado que difícilmente se puede abordar desde una sola perspectiva. Por ejemplo, si estamos trabajando sobre la salud es posible que aparezcan diferentes experiencias que nos lleven a valorarla desde la psicología y cómo afecta de forma diferencial a mujeres y hombres el cuidado del cuerpo o la autoestima. Esto nos puede llevar a ver discursos político-filosóficos sobre las capacidades de mujeres y hombres a lo largo de la historia o a cómo se han abordado diferentes problemáticas desde la medicina, etc… No tengamos reparo en enriquecer el análisis desde diferentes ópticas y áreas!

Reflexión en torno a la vida cotidiana

Las relaciones de poder operan en todos los ámbitos de la vida. No hace falta que busquemos ejemplos ajenos a nuestro territorio, de gente de otros lugares del mundo o irnos a casos extremos para visibilizar las relaciones de género. Analizar las que se dan habitualmente en el aula, en reuniones con profesorado, en el reparto de tareas domésticas, en las relaciones de noviazgo y entre la pandilla o en el barrio pueden ser un verdadero reto para descubrir que la problemática está más cerca de lo que creíamos.

Contextualización y reconocimiento de las diferencias

La realidad siempre es más compleja que los abordajes que hacemos de ella. Las relaciones de género están en estrecha relación con otras relaciones sociales de clase, etnia, orientación sexual, edad, etc.

Por ejemplo, no es lo mismo analizar las relaciones de género entre una población rural marcada por la precariedad que en otro grupo donde prevalece un alto nivel adquisitivo y académico.

Entonces, tengamos presente el contexto en el que vamos a intervenir. Que la mirada de género no impida ver otros ejes sociales que ayudan a comprender como ser mujeres u hombres es un punto de partida pero eso no implica que vivamos las mismas experiencias pues hay otra multitud de especificidades que la condicionan.

Rescatar el saber de la experiencia

Poseemos toda una serie de saberes, producto de la experiencia, que interesa rescatar, jerarquizar y revalorizar. Nos ayudará como personas y como grupo a formularnos nuevas preguntas, a compartir diferentes versiones que nos servirán para pensar otras formas de ver el tema y también a poner en entredicho los saberes hegemónicos, los roles y los estereotipos de género.

Creación de grupos diferenciados o mixtos

Dependiendo de la temática, puede ser enriquecedor proponer dentro de algunas actividades, el encuentro entre grupos no mixtos. Ello puede facilitar el diálogo sobre la temática con la confianza y la seguridad necesaria para que emerjan perspectivas y/o conflictos que de otra forma no aparecerían. Por ejemplo, imaginemos que queremos trabajar la sexualidad o la violencia. Sin embargo, en otros momentos, compartir en grupos mixtos nos puede sugerir debates y una conforntación con las propias ideas muy interesante!

Compartir la producción colectiva

Que la socialización con otros agentes educativos de nuestra experiencia abarque también lo que vamos descubriendo en materia de igualdad de género. Y no olvidemos la comunidad de prácticas!

Si tenemos claro que la participación va de la mano de la equidad de género pero no sabemos cómo hacerlo contactemos con personas, entidades y colectivos feministas que nos puedan ayudar con su experiencia a compartir las dudas, los problemas que nos surgen y a hacer realidad nuestros deseos. Al igual que los procesos participativos no se gestan en un solo día, comprender el feminismo e incorporarlo a nuestra experiencia cotidiana lleva tiempo. Veamos qué podemos gestar según la experiencia previa que tenemos en ésta materia y recordemos que vamos despacio porque queremos llegar lejos.

Batería de preguntas para orientar el desarrollo del itinerario

Abordaje de la temática:

Comencemos nuestra exploración del tema, teniendo presente formularnos las siguientes preguntas: ¿Afecta del mismo modo la temática a las mujeres y a los hombres?, ¿A qué mujeres u hombres afecta más o menos?, ¿Aparecen ideas estereotipadas?, ¿Está relacionada la temática con el desigual reparto de toda la carga de trabajo existente entre ambos sexos?, ¿Podemos relacionar la temática con el uso de los tiempos que hacen hombres y mujeres?, ¿Y con el uso de los espacios?, ¿Quiénes lideran y controlan los recursos disponibles?, ¿En qué aspectos podemos encontrar diferencias significativas?, ¿Tenemos información y datos que nos puedan ayudar a visibilizar las desigualdades de género con relación a la temática que queremos abordar?, ¿Conocemos experiencias que estén dando respuestas alternativas a las desigualdades identificadas? ¿Hemos creado recursos para investigar si se aprecian y cómo las desigualdades de género en nuestro entorno?

Por ejemplo: Imaginemos que queremos mejorar la comunicación dentro de la comunidad educativa desarrollando recursos on line para compartir experiencias, fomentar el conocimiento de los temas que nos interesan, contactar con otros centros, etc. Las preguntas que nos podemos hacer podrían ser: ¿Todos y todas tenemos el mismo interés por ésta experiencia de comunicación e intercambio?, ¿Todos y todas manejamos los mismos saberes?, ¿Todos y todas tenemos las mismas posibilidades de acceso a recursos on line?, ¿Le podemos dedicar el mismo tiempo?, ¿Quiénes tienen más dificultad?, ¿Por qué?, ¿Hay diferencias significativas entre mujeres y hombres?, ¿Qué colectivos de mujeres y hombres son los más alejados de nuestro propósito?

Mi/nuestra relación con el tema:

Ésta puede ser una buena etapa para que las chicas y los chicos se piensen a sí mismos con respecto al tema y luego lo compartan de forma conjunta. Tener un tiempo y espacio propio entre ellas y entre ellos puede ser muy revelador para el grupo. Las preguntas que se podrían formular podrían ser similares a las siguientes: ¿En qué medida nos afecta la temática a nosotras?, ¿Nos afecta del mismo modo a todas?, ¿Qué diferencias y similitudes hay entre nosotras?, ¿Por qué?, ¿Qué diferencias y similitudes hay con respecto a otras chicas?, ¿Y con respecto a los chicos? ¿Por qué?, ¿Qué nos interesa más a nosotras?, ¿Qué nos preocupa o nos indigna más?, ¿Qué es para nosotras más importante cambiar?, ¿Cuál es nuestro orden de prioridades?…Y para los chicos idéntica reflexión!

Recordemos y dejemos claro al grupo que generar espacios no mixtos responde siempre a una toma de conciencia, a la búsqueda de relaciones horizontales y a la construcción de una acción colectiva realmente inclusiva y exenta de prácticas sexistas.

Elaboración de ideas/propuestas:

¿Aparecen estereotipos y roles de género en nuestras propuestas?, ¿Recogen nuestras ideas los diferentes intereses y necesidades expresadas por las chicas y los chicos implicados?, ¿Nos sirve para generar mayor conciencia sobre la dimensión de género en la comunidad educativa?, ¿En qué medida nuestra propuesta favorece la superación de las desigualdades que hemos detectado con respecto a la temática?, ¿En qué medida nos proporciona una experiencia más inclusiva?

Por ejemplo: Si nuestra temática es la creación de espacios culturales podemos promover un concurso cooperativo de ideas donde el grupo imagine cómo generar con éxito una agenda cultural “para gente nada corriente” que favorezca la apertura y flexibilidad de roles así como el intercambio de saberes intergeneracional.

Planificación:

Siguiendo las cuestiones básicas que definen un proyecto las preguntas que nos pueden servir de guía para incorporar la dimensión de género en ésta etapa son: ¿Contienen nuestros objetivos una mención clara a la modificación de las relaciones de género para lograr mayores cotas de equidad?, ¿Hacemos explícito nuestro deseo de romper con los estereotipos, los roles y las relaciones de poder? ¿Tenemos entre nuestras metas dar respuestas a las diferentes necesidades expresadas por las chicas y los chicos?, ¿Miramos porque nuestras propuestas ofrezcan respuestas a la diversidad presente en el aula o en el centro educativo?, ¿Hemos previsto actividades sólo para chicas, sólo para chicos y actividades mixtas?, ¿Empoderamos a las chicas?, ¿Cultivamos otras masculinidades en los chicos? ¿Hemos incorporado un lenguaje escrito y audiovisual incluyente?, ¿contamos con espacios y tiempos de formación feminista?, ¿hemos contemplado colaboraciones o intercambios con colectivos y asociaciones feministas del entorno?, ¿Y con experiencias sociales y educativas coeducativas?, ¿Hemos previsto evaluar ésta dimensión antes, durante y después de nuestra iniciativa?

Ejecución y gestión:

Seguida de la planificación y de la puesta en marcha de la experiencia, las cuestiones a observar pueden ser las siguientes:  ¿Cómo se están repartiendo las diferentes tareas y responsabilidades en los equipos de trabajo y en el grupo?, ¿Hemos introducido fórmulas y estrategias para evitar la reproducción de roles?, ¿Hemos contemplado recursos, espacios y tiempos suficientes para las actividades no mixtas?, ¿Hemos valorado los tiempos y las necesidades de las personas a quienes nos queremos dirigir o queremos implicar?, ¿Cuáles son las vías de comunicación más accesibles para los diferentes colectivos?, ¿Cómo se están resolviendo los conflictos asociados a cuestiones de género?

Evaluación:

Desde el comienzo de la experiencia, hacemos una apuesta por identificar las desigualdades de género, tomar conciencia y contribuir a eliminarlas. Igualmente hacemos lo posible por visibilizar otras formas posibles de ser y de relacionarnos al margen de los mandatos heterosexistas. Para ello, ideamos fórmulas, recursos y estrategias que nos ayuden a ver cómo impacta en nuestras vidas la experiencia y en qué contribuye a deshacer y transformar las relaciones de género. Algunas preguntas que podemos hacernos son: ¿Hemos logrado identificar las desigualdades, sus causas y efectos en las mujeres y en los hombres en nuestra temática de trabajo?, ¿Hemos consultado, recogido y analizado información al respecto?, ¿Pudimos observar cómo se reproducen y/o transforman las desigualdades de género en nuestras propias vidas, en las relaciones y en el entorno educativo?, ¿Nos hemos sentido afectados y afectadas por ello?, ¿Incorporamos en nuestras metas sensibilizar o contribuir a cambiar ésta realidad?, ¿Hemos articulado estrategias de equipo y de grupo para gestar relaciones horizontales, no estereotipadas y formas de liderazgo colaborativo?, ¿Hemos incluido espacios y tiempos propios para el empoderamiento o la gestación de otras formas de estar en el mundo más sensibles a la reproducción de las relaciones sexistas?, ¿Hemos logrado movilizar al entorno a favor de la igualdad de género?, ¿En qué medida el proceso y la iniciativa emprendida ha contribuido a garantizar mayores cotas de sensibilidad, conocimiento y/o transformación en las relaciones de género?

4. Algunas claves desde la sostenibilidad para colocar la vida en el centro

En esta campaña de “La vida en el centro” deseamos potenciar procesos de participación que permitan tomar parte de la toma de decisiones, y consideramos fundamental la reorientación de miradas para que esas decisiones integren criterios que tengan en cuenta el Mundo que nos rodea (incluyendo a todas las personas con las que compartimos planeta y a las que quedan por venir)

La mirada desde la sostenibilidad que planteamos busca:

  • Incorporar criterios de sostenibilidad fuerte (recuerda la guía didáctica) a la hora de tomar nuestras decisiones desde cómo movernos, cómo alimentarnos, cómo vestirnos, cómo participar en nuestro entorno… en definitiva cómo satisfacer nuestras necesidades básicas.
  • Fomentar el desarrollo de iniciativas existentes o imaginar y crear (colectivamente) nuevas iniciativas que vayan en esta línea, teniendo en cuenta la solidaridad sincrónica (con todas las personas que compartimos planeta) y diacrónica (de las generaciones que quedan por venir, reconociendo su derecho a poder desarrollarse en un entorno sano y sostenible).

Para ello planteamos algunas claves (en construcción continua que esperamos se vayan completando en la comunidad de prácticas) a tener en cuenta en esta necesaria reorientación de miradas, y a tener en cuenta en todas las fases de los diferentes itinerarios que en esta campaña se proponen.

Vivimos en un planeta finito

Recordar que los recursos de los que nos abastecemos son limitados (en la mayoría de los casos hay los que hay, no hay posibilidades de reposición, combustibles fósiles, metales o minerales) y respecto a los que se renuevan tienen sus ritmos de reposición y si los superamos también se agotan.

¿Debemos tener en cuenta a las generaciones futuras? ¿Debemos tener en cuenta que todas las personas del planeta independientemente de su ubicación geográfica deberían tener la posibilidad de disponer de los recursos de la misma manera? Recuerda concepto Huella ecológica de la guía didáctica.

¡Todo está interconectado!

Debemos promover la comprensión del mundo como un sistema compuesto por subsistemas interconectados entre sí. Deberemos evidenciar las relaciones existentes entre los diferentes fenómenos que suceden en el mundo. Conviene que nos hagamos preguntas, que investiguemos, que rompamos con la visión reduccionista del mundo e incorporemos la necesidad de comprender la compleja red de relaciones que vertebran la Vida. ¿De dónde salen todos los recursos que nos rodean? ¿Vienen de Marte? No olvidemos que todo lo que nos rodea es naturaleza transformada por los sistemas de “producción-consumo” o más bien de “extracción-transformación-distribución-consumo-emisión de residuos” ¿Existe relación entre el sistema socioeconómico que de alguna manera provee a la sociedad de los bienes y servicios de los que se abastece? ¿Existen las mismas oportunidades y posibilidades en todos los territorios mundiales? ¿Existe relación entre nuestro sistema de movilidad o de producción de alimentos, de tecnología, de energía etc… y el cambio climático? ¿Y entre esto y los conflictos bélicos del mundo?

Problematicemos las necesidades

Que necesitamos realmente para desarrollarnos como personas plenas (ver guía didáctica), ¿necesitamos todo lo que tenemos? ¿Necesitamos tecnología, o necesitamos comunidad?, ¿tenemos todas las personas las mismas posibilidades? ¿Siempre hemos tenido las mismas “necesidades”? ¿Nos han vendido la moto? ¿Existen otras formas diferentes a las establecidas para satisfacer nuestras necesidades?

Propongamos conflictos de valores

En la sociedad actual existen una serie de valores establecidos que no dejan de ser construcciones sociales al servicio del sistema socioeconómico dominante. ¿Debe ser la comodidad un bien supremo? ¿A qué estamos llamando comodidad? ¿Debe ser el criterio económico el único que tengamos en cuenta para tomar nuestras decisiones?

Fomentemos la capacidad de diferenciar entre realidad y representación de la realidad

Los medios de comunicación nos muestran una visión de la “realidad” incompleta. La publicidad, por ejemplo es una de las herramientas que más potencian esto. Nos cuentan las bonanzas de las bebidas refrescantes que pueden ser desde “la chispa de la vida”, hasta la herramienta de “ligoteo más eficaz”. Pero nada nos cuentan de las situaciones de explotación a las que someten a trabajadoras y trabajadores en diferentes zonas del mundo; o del envenenamiento que sufren los escasos recursos de agua potable en determinados países empobrecidos, a expensas de las fábricas que producen estas mismas “bebidas refrescantes”, y esto solo por poner un ejemplo. Es importante generar una predisposición al cuestionamiento de lo que nos plantean desde las pantallas de colores.

Fomentemos la capacidad de valorar la belleza

La mayor parte de las personas vivimos ya en grandes ciudades, en el estado español más del 75% de la población. En estos amasijos de hormigón y asfalto podemos pasar días enteros sin pisar tierra, sin escuchar pájaros cantando, sin ver el horizonte, sin ver una estrella…. Se nos olvida disfrutar de atardeceres, pararnos a buscar la belleza a nuestro alrededor. De ahí la necesidad de recuperar la capacidad de disfrutar del mundo natural, y de anhelar la vuelta de ríos limpios, cielos estrellados o flores naturales…

Fomentemos la capacidad de trabajar en cooperación

Porque evidentemente los cambios deben contemplar al colectivo. Y porque aunque nos hayan querido “vender la moto” de que somos seres individuales, dependemos del resto para ser personas plenamente desarrolladas. ¡No somos sacos de vísceras y huesos! Formamos parte de comunidades y es en colectivo como deberíamos buscar respuestas a las diferentes situaciones para incorporar las características diversas propias de los grupos humanos.

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5. Para trabajar en grupos, algunas recomendaciones

Cuando en el marco de la campaña de participación estudiantil, proponemos al alumnado trabajar en grupos, debemos tener en cuenta:

  • Comprobamos que los objetivos del trabajo están claros y se entiende su necesidad en el marco del desarrollo didáctico de la campaña.
  • Concretamos las tareas y pasos a realizar y prevemos el tiempo que se necesitará, si es excesivo recortamos los objetivos y los temas.
  • Elegimos el momento, lugar en el desarrollo de la campaña más adecuados para el trabajo en grupo, de acuerdo con las circunstancias de las personas participantes, la propuesta de intervención (sensibilización, acción, organización) y paso de la misma (selección del tema, relación con la temática, ideas…etc).
  • Garantizamos que entre todas las personas del grupo se tiene la información necesaria para que puedan trabajar de forma adecuada.
  • Controlamos el tiempo de trabajo, comenzamos a la hora anunciada (como mucho, guardamos algunos minutos de cortesía). Si un debate se prolonga excesivamente, lo señalámos. Distribuimos el tiempo disponible entre las tareas a realizar y las personas que participan en el grupo.
  • Si el grupo no se conoce mucho, invitamos a que se presenten brevemente las personas participantes. Si ya se conocieran de ocasiones anteriores, no dejamos de recordar los nombres y las razones por las que participan en la campaña.
  • Cuidamos que se produzca un diálogo ordenado, que las intervenciones sean breves y claras, que todo el mundo exponga su opinión, que no se desvíe la atención del tema que estemos tratando.
  • Tomamos nota, en apuntes o en un rotafolio o papelógrafo fijado a la pared, de las opiniones que se vayan exponiendo. Antes de concluir, o de pasar a una puesta en común, sintetizamos las conclusiones alcanzadas.
  • Antes de cerrar un tema y pasar al siguiente, recordamos las conclusiones alcanzadas.
  • Si la reunión o espacio de trabajo es muy largo, haremos una pausa descanso o pausa cada dos horas.
  • Evaluamos lo realizado. Recogemos opiniones y sugerencias para mejorar en el futuro el trabajo en grupos.

Para saber más:
CUADERNO PRACTICO Nº 1: LAS REUNIONES
Cómo acabar de una vez por todas con las reuniones peñazo.
Fernando de la Riva, Pablo Solo de Zaldívar. CRAC, 2ª Edición Revisada. 2010.
http://redasociativa.org/crac/download/cuadernillos/cp1_lasreuniones.pdf

6. Afrontar conflictos para avanzar

Un equipo está integrado por personas diferentes, con diferentes formas de ver las cosas, cada cual es “de su padre y de su madre.” No es una realidad homogénea sino todo lo contrario: diversa, heterogénea, multicolor….. todos ellos aspectos interesantes para obtener buenos resultados, ya que conseguiremos una visión más amplia y variada de las cosas.

Sin embargo, en la otra cara de la moneda y precisamente debido a esta mezcla de colores, nos encontraremos con piques, enfados, mosqueos y algunos cabreos… dado que el trabajo en equipo exige contraste de opiniones y una toma de decisiones constantes, con el resto de personas.

Los conflictos son inherentes a las relaciones humanas. Somos así –personas conflictivas- y no debemos tratar de eludirlo, sino que hay que afrontarlo adecuadamente para resolverlo de forma positiva.

La opinión general nos dice que el conflicto es algo negativo, se asocia a la violencia, al peligro, algo que es necesario alejar de nuestro lado o evitar. Pero nada más lejos de la realidad, el conflicto, la diferencia de opiniones, el debate de ideas, no son necesariamente negativos, destructivos, sino que por el contrario, son la mejor manera de crecer, de cambiar, de mejorar, de avanzar……. si los enfrentamos y resolvemos adecuadamente.

En este sentido, nos planteamos una serie de pasos para abordar de forma positiva un conflicto:

  1. Identificar, delimitar el conflicto, formularlo de manera clara y precisa entre todas las partes implicadas.
  2. Valorar colectivamente la importancia del conflicto, sus causas y consecuencias, y la disposición o actitud de las partes para resolverlo.
  3. Identificar y analizar colectivamente, todas las soluciones posibles y su «coste» (siempre que se elige algo, se dejan otras cosas).
  4. Tomar una decisión por negociación/consenso o por mayoría.
  5. Aplicar y evaluar colectivamente la decisión.

En los grupos de trabajo, en los equipos, muchas veces los conflictos son resultado de malentendidos fáciles de aclarar o tienen una importancia menor y se resuelven sobre la marcha, etc. Pero, en otras ocasiones, si no los abordamos y resolvemos adecuadamente, ponen en peligro la vida del proyecto.

Otra cuestión a tener en cuenta es que tras los conflictos se estén dado actitudes o comportamientos sexistas o discriminatorios lo cual implicaría detenernos y trabajar sobre ello de forma específica.

Ahora os mostramos algunos principios básicos y algunas herramientas que pueden contribuir a utilizar el conflicto como un aliado, y no como un enemigo.

Posturas ante el conflicto

La solución de un conflicto depende –SIEMPRE- de la actitud y de la disposición de las partes para resolverlo. Si una no quiere, dos personas nunca se pondrán de acuerdo.

Las posturas y posiciones que adoptan las personas de un grupo ante un conflicto son decisivas. Hablemos de las dos posturas más importantes.

Competición o colaboración

La cooperación no es fácil ya que implica que cada parte abandone sus preferencias particulares para ceder ante el interés común. Tal opción sólo es posible si cada una de las partes afectadas se da cuenta de que el rechazo frontal hacia las otras personas, hacia las otras posturas, sólo lleva a la catástrofe.

En general podemos encontrar las siguientes características según la postura que adoptemos.

COMPETENCIACOLABORACIÓN
Las posturas se orientan a la satisfacción de objetivos personales.Las posturas se orientan a la satisfacción de objetivos comunes al grupo.
Exige secreto, discreción, silencio.Exige apertura, confianza, diálogo.
Favorece un clima tenso que tiende a aumentar la diferencia entre el “nosotros/as” superior y “los/as otros/as” inferiores.Favorece un clima de integración entre el “nosotros/as” y “los/as otros/as” en el que todas las partes se encuentran en pie de igualdad.
Juicio falseado en el que se tiende a sobrevalorar la propia contribución y a desacreditar la de las otras personas.Juicio racional, en el que el esfuerzo de cada cual es evaluado en su justo valor, venga de donde venga.

Las personas que forman parte de un equipo no pueden competir entre sí, están avocadas a colaborar, especialmente cuando se trata de dar solución a un conflicto.

La Negociación

La negociación es la forma más habitual y adecuada para la resolución de conflictos. Es un proceso por el cual se van aproximando dos posturas diferentes, cediendo ambas algo, para encontrarse en un punto de acuerdo común.

Hay algunos pasos básicos que es preciso tener en cuenta para llevar a cabo una buena negociación:

Antes:

  • Pensar que la negociación es algo normal, abordarla con tranquilidad.
  • Darse tiempo para prepararla: Aclararse, precisar cuál es exactamente el conflicto, qué se quiere conseguir, qué se está en disposición de ceder para llegar a un acuerdo.

Durante la negociación:

  • Tener una actitud positiva y tranquila, evitar crispaciones.
  • Expresar claramente los objetivos que se quieren alcanzar.
  • Explorar las necesidades de la otra parte.
  • Tratar los aspectos a negociar uno a uno, evitando confusiones.
  • Expresar con claridad los puntos de desacuerdo.
  • Resolver las diferencias.
  • Llegar a un consenso. No olvidar nunca que este es el objetivo principal de cualquier negociación: llegar a un acuerdo, y que si éste no se alcanza, será un fracaso.
QUÉ NO HACERQUÉ HACER
No descargar tensión en la otra persona.Ponerse en la situación de la otra persona.
No hablar demasiado.Escuchar activamente, con interés.
No discutir.Pedir aclaraciones si no se entiende algo.

Algunos trucos pueden ayudarnos a enfrentar y resolver adecuadamente un conflicto. Veamos algunos ejemplos.

CAMBIAR DE PAPELES

Cada persona debe actuar como cree que actuaría (lo que diría, cómo lo haría, etc.) la otra ante esta situación de conflicto. Transcurrido un tiempo cada cual vuelve a su propio papel y expresa sus sentimientos y lo que la experiencia le ha enseñado. El truco nos va a ayudar a situarnos en el punto de vista ajeno y poder llegar a comprenderlo.

HABLAR EN PRIMERA PERSONA

Los “Mensaje Tú” (“tu piensas, tu dices, tu haces…”), tienden a echar la responsabilidad, la culpa a la otras personas, y lo que debemos intentar no es buscar culpables sino identificar la situación conflictiva para ponerle solución. En este sentido, cada persona debe hablar de sí misma (“Mensajes Yo”), aportando las posibles soluciones que pensamos que pueden mejorar la situación. El truco evita una excesiva personalización de los conflictos y ayuda a “objetivar” los problemas.

TÚ DICES-YO DIGO

Cada cual, al comenzar a hablar debe empezar por resumir lo que la otra persona ha dicho con anterioridad, y sólo entonces podrá aportar su punto de vista. Si la otra persona no está satisfecha debe preguntar hasta que el resumen sea plenamente aceptable. El truco nos obliga a considerar las otras opiniones y no solo la nuestra.

EL TRUCO DE LAS TRES “ERRES”

Muchas veces las personas enfrentadas no son plenamente conscientes de por qué discuten, o a veces discuten sobre algo que ninguna de las dos partes puede cambiar. El truco supone realizar tres pasos:

  • Resentimiento (las partes explican todo lo que les hace sentir molestas).
  • Requerimiento (cada parte señala algo que necesitaría que realizara la otra parte y que le ayudará a sentirse mejor y a solucionar el problema).
  • Reconocimiento (cada persona indica qué requerimiento de la otra están dispuestos a cumplir, las dos expresan las realidades positivas que ven en la otra personas y que las hacen agradables y admirables).

El truco puede contribuir positivamente a modificar las posturas personales y a resolver adecuadamente el conflicto.

LA MEDIACION DE UNA TERCERA PERSONA

Cuando un conflicto se encona, cuando no hay manera de aproximar las diferentes posturas, tal vez sea necesario recurrir a la mediación de una tercera persona. La función de esta persona será ayudar a que ambas partes encuentren una solución satisfactoria. Debe ser neutral y lo único que debe hacer es mediar en la situación, ayudando a la aproximación de posturas, pero la solución deben encontrarla quiénes están directamente implicadas en el conflicto para que así sea suya y para que llevarla a la práctica sea más fácil.

Para saber más:
CUADERNO PRÁCTICO Nº3: LOS EQUIPOS. Cómo trabajar en común sin tirarnos los trastos.
Cristina Bustos y Antonio Moreno. CRAC, 2ª Edición Revisada. 2010.
http://redasociativa.org/crac/download/cuadernillos/cp3_losequipos.pdf

7. Pistas para la gestión de los liderazgos y la diversidad

El compuesto EPSG: EMPODERAMIENTO PERSONAL Y SINERGIA GRUPAL

El Empoderamiento Personal, pasa por “autoliderarnos”. Por dejar fluir nuestros sueños, esperanzas y deseos. Por luchar por conseguirlos. Por tomar conciencia de quiénes somos. Por entendernos como el micromundo que somos y hacernos cargo de él. Entender que las personas somos dueñas de nuestras Emociones y nuestros Pensamientos, y únicas responsables de la utilización que hacemos de ellos. Los ingredientes EP (Emociones+Pensamientos+Empoderamiento Personal) son la base fundamental para que “el compuesto EPSG” funcione y origine sus efectos mágicos. La persona que apuesta por su crecimiento EP, está asumiendo su autonomía, su autoaprendizaje, su iniciativa, capacidad de decisión e influencia en sí misma. Esta asumiendo el PODER que tiene sobre sí misma.

Imaginemos ahora nuestro grupo, el colectivo de personas implicadas en la campaña y “diseccionemos” el grupo en cada una de las personas que lo componen, hagamos una lista de sus valores, capacidades, conocimientos, habilidades, potencialidades.. reconozcamos y analicemos todo ese “Poder Personal”. ¿Qué te hace pensar? ¿qué te hace sentir?….

Ahora imaginemos la suma, la combinación, la interacción de todas esas potencialidades, de todas esas capacidades. Imaginemos que no actúan por separado, cada cual “a su bola”, sino de una forma organizada, como un equipo. En ese momento se produce la Sinergia Grupal. Ante nuestros ojos aparece un grupo de personas con capacidad de analizar e interpretar el mundo en el que vive, con capacidad de decidir y actuar sobre él, con capacidad de crítica y propuesta. Con posibilidad de crear y generar cambios…Un grupo que se transforma y transforma.

Cuando en un grupo de personas, como el que estamos imaginando ahora mismo, se da la SG, se está abriendo la puerta de lo ilimitado, se multiplican las capacidades y las posibilidades. Un grupo humano siempre es más inteligente que el más inteligente de sus miembros. Y se produce la magia del “compuesto EPSG”, unos ingredientes influyen en los otros multiplicando sus efectos. La Sinergia Grupal, en un grupo de personas “empoderadas”, permite y genera más y más Empoderamiento Personal, y a más EP mayor posibilidad de sumar capacidades y de generar poder colectivo.

Si nuestra apuesta como grupo o colectivo es caminar por el proceso del liderazgo compartido, debemos entonces Empoderarnos y posibilitar el Empoderamiento de las otras personas.

Para saber más:
CUADERNO PRACTICO Nº 6: LIDERAZGO ASOCIATIVO
O Cómo Mandar Obedeciendo.
Francisca Casado y Lita Gómez Terrón. CRAC, 2ª Edición Revisada. 2010.
http://redasociativa.org/crac/download/cuadernillos/cp6_liderazgo.pdf

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8. Recomendaciones para el trabajo en equipo

  • Considerar nuestra intervención como una escuela de participación, apostar decididamente para que las personas quieran, sepan (aprendan) y puedan participar de forma efectiva. Para ello favorecemos la creación de equipos asociativos o grupos.
  • Comprometernos con los objetivos comunes, aclararlos y discutir lo que sea necesario, hasta “hacerlo propio” lo que queremos conseguir. Tener clara la meta, es el primer paso para alcanzarla.
  • Cuidar el ambiente, el clima, las relaciones entre las personas del equipo: no tenemos porqué querernos apasionadamente, pero sí es bueno que se respire un ambiente humano, cooperativo y saludable que contribuya a la eficacia. Cultivemos el afecto, el interés por las otras.
  • Hacer que la información circule. Para que todas las personas podamos partir de la misma línea de salida, es decir, que todos y todas contemos con la misma información, y así evitar desajustes, malos entendidos, y sobre todo, que nuestro equipo marche a “la misma velocidad”.
  • Aportar libremente nuestras ideas, no guardarnos nuestras opiniones, exponerlas –con confianza- en el equipo, respetando las opiniones del resto y valorando las diferencias individuales en beneficio del conjunto.
  • Escuchar con empatía, situándonos en el lugar del otro u otra. La comunicación, la comunicación, la comunicación. Saber escuchar es algo más que esperar nuestro turno para hablar.
  • Enfrentar positivamente los conflictos, como la única forma de resolver nuestras diferencias desde una actitud conciliadora, dialogante, abriéndonos sin temor.
  • Practicar la participación en las decisiones, puesto que implicar a todas las personas miembro de nuestro equipo supone aportar mayor información y mayor calidad a cada decisión.
  • Organizar nuestra acción, asignando responsabilidades, repartiendo las tareas, sabiendo qué ha de hacer cada cual en cada momento, tejiendo complicidades.
  • Ejercer y compartir el liderazgo. Asumir y respetar las responsabilidades, tirar del carro cuando toque, impulsar, animar la iniciativa de las demás personas.
  • Arrimar el hombro, cooperar, apoyarnos en la acción. Cumplir los compromisos asumidos. Echar una mano cuando la situación lo requiera.
  • Tener creatividad, ser personas flexibles, abiertas a las nuevas ideas y soluciones. Suplir nuestras carencias, nuestras limitaciones con imaginación. Convertir la creatividad en nuestro primer recurso.
  • Comprobar, valorar nuestra práctica, evaluar la marcha de nuestro equipo para motivarnos, crecer internamente, introducir cambios, aprender y ser mejores.
  • Considerar que los equipos cambian y evolucionan, no son eternos, incorporan nuevas personas, pierden otras, definiendo nuevos objetivos, desarrollando nuevas capacidades. Es parte del juego.
  • Celebrar los logros: Montamos una fiesta!! Se admite cualquier idea en una ocasión como esta. Vamos a felicitarnos a nosotras mismas. Esto no sólo mejora el espíritu personal, también el colectivo, si no compruébalo ¿Te apuntas?

Para saber más:
CUADERNO PRÁCTICO Nº3: LOS EQUIPOS.
Cómo trabajar en común sin tirarnos los trastos.
Cristina Bustos y Antonio Moreno. CRAC, 2ª Edición Revisada. 2010.
http://redasociativa.org/crac/download/cuadernillos/cp3_losequipos.pdf

9. Coordinación y trabajo en Red con otros agentes sociales

A continuación, compartimos 7 etapas para construir redes entre diferentes agentes de la comunidad educativa, que nos pueden ser muy útiles para generar proyectos y condiciones que promuevan la participación estudiantil.

LOS SIETE PASOS PARA LA CONSTRUCCIÓN DE REDES
PASO/TAREAS ASOCIADAS

IDENTIFICACIÓNEstamos en el momento de enteramos, en nuestro entorno más cercano, de las diferentes asociaciones, colectivos y dispositivos o servicios que en principio pueden estar relacionados con la temática que nos interesa.
CONOCIMIENTOHacemos un esfuerzo para conocer con mayor profundidad los objetivos, valores, métodos de acción, programas y proyectos concretos (especialmente éstos) de los colectivos, asociaciones o servicios identificados, dándoles a conocer los nuestros.
RECONOCIMIENTOEncontramos afinidades y coincidencias en las asociaciones o servicios que vamos conociendo. Constatamos, descubrimos los aspectos comunes –objetivos, valores, necesidades, potencialidades…- que compartimos. y buscamos su reconocimiento, nos reconocemos mutuamente como parte de un proyecto global común.
COLABORACIÓNContribuimos, colaboramos en los programas y proyectos de otros agentes y asociaciones, aportando conocimientos, recursos y capacidades que puedan serles útiles y viceversa, fortaleciendo la comunicación y el intercambio, reforzándonos mutuamente. La colaboración nos permite conocernos y re-conocernos mucho mejor, con mayor profundidad, pasando de la teoría a la práctica.
COORDINACIÓNCada cual, cada asociación o entidad y el centro educativo, promueven y desarrollan sus propios proyectos e iniciativas, pero contamos con las otras para ello, son un recurso clave en nuestras respectivas estrategias. Y además, organizamos, programamos, articulamos las acciones para que no se solapen, para que no desaprovechen oportunidades y recursos, para que se complementen, se potencien y refuercen mutuamente.
TRABAJO EN REDNo solo nos apoyamos en nuestros respectivos proyectos, sino que nuestro compromiso mutuo se refuerza y damos un paso más y construimos objetivos y proyectos comunes para realizarlos conjuntamente, sumando nuestras fuerzas y capacidades, pudiendo abordar nuevas metas más ambiciosas que serían imposibles para cada asociación por si sola. Es una etapa “avanzada” para el trabajo en red: estamos actuando conjuntamente.
COOPERACIÓNNuestra misión y objetivos del centro educativo, tienen sentido, alcance, operatividad, gracias a la intervención con otros agentes comunitarios. Es más, para poder llevarlos a cabo necesitamos de los demás actores sociales, del trabajo en equipo, de la evaluación común y de la sistematización conjunta de nuestra acción.

Por el interés te quiero Andrés

Es imprescindible que cada parte, cuando se meta en este lío de “construir redes”, tenga muy claro QUÉ espera, para qué quiere la coordinación, cual es la utilidad que puede tener el trabajo en red para su propio proyecto, por qué es tan necesario e importante para nuestro trabajo particular.

En la coordinación entre agentes hay que partir del principio: “todas ganan”. La eficacia de la coordinación se basa necesariamente en el propio interés, en que todas las asociaciones se beneficien de la suma de esfuerzos. Si la coordinación en red no sirve para nada… ¿a quién puede interesarle?

Y a nosotras… ¿qué nos toca?

Bueno, pues si tenemos claro lo que queremos “sacar” de la cooperación, del trabajo en red, ahora hay que pensar en lo que vamos a “poner”. En el trabajo en red también hay que partir del principio: “todas ponen”. O sea, por decirlo de una sola vez: “todas ganan….todas ponen”. Esa es la base fundamental del compromiso mutuo.

Las tareas de una red no se desarrollan solas, requieren de la aportación, del esfuerzo, del trabajo de quienes la constituyen. Así que hemos de tener igualmente claro QUÉ “está dispuesta a aportar” nuestra entidad a la coordinación.

Cosa de Todas

La coordinación y la cooperación, el trabajo en red con otros agentes de la comunidad educativa, debe ser entendido y atendido como tarea y compromiso «de toda la organización», no solo de quienes la representan o van a las reuniones de coordinación.

Todas las personas que forman la entidad o centro educativo deben tener clara la importancia de la coordinación, saber cómo van las cosas, comentarlas, participar en reuniones derivadas del trabajo en red, etc. O se implica el conjunto y siente como suya la coordinación, o ésta no funcionará nunca, nunca proporcionará todos sus beneficios.

Confianza, confianza y confianza

La cooperación necesita el conocimiento mutuo, la superación de prejuicios, el desarrollo de la confianza entre personas, entre instituciones. Y eso no va a ser fácil, porque estamos muy contaminadas por etiquetas, estereotipos, generalizaciones, tópicos, prejuicios… que nos dividen.

No hace falta que seamos idénticas, ni que pensemos todas lo mismo, pero es necesario que confiemos unas en otras. De otra manera, no hay nada que hacer, mejor no perder el tiempo.

Comunicación a tope

Es fundamental que la información circule, con transparencia, con confianza. Comunicación de ida y vuelta, en todas las direcciones (arriba-abajo, abajo-arriba, de aquí para allá, de allá para aquí, de ti para mi, de mi para ti, de mi organización a la tuya, de la tuya a la nuestra…). Si la comunicación no funciona, la cooperación y la coordinación no funciona. No vale guardarse información. Los tiempos y los espacios de la comunicación son sagrados.

En qué mundo vivimos

Es necesario que las organizaciones y agentes de la comunidad educativa compartamos entre nosotras nuestra forma de mirar y de entender la realidad, intercambiemos lo que pensamos sobre los problemas y necesidades de nuestro entorno, de nuestro mundo. La necesidad de coordinarse surge, entre otras cosas, de analizar juntas la realidad. Eso nos permitirá descubrir que nuestras misiones están interrelacionadas, enredadas. Y podremos definir juntas las necesidades principales de las personas destinatarias. Y podremos fijar objetivos comunes, claros, concretos, posibles.

CoordinACCIÓN

No basta con hablar de la coordinación. Es preciso planificar, trabajar y evaluar conjuntamente. Hacer cosas, hacer proyectos concretos, necesarios, posibles, por pequeñas y modestas que sean –al principio- nuestras acciones comunes. Aprendemos a coordinarnos en la práctica, en la superación de los problemas concretos que aparecen en el trabajo real.

Transparencia

Para que la coordinación funcione es imprescindible la transparencia, especialmente en la toma de decisiones y en el manejo de los recursos. Si las cosas no están claras, si sospechamos que algunas personas o entidades manipulan, en provecho propio, las decisiones y los recursos, la red estará herida de muerte. Y no basta con que “parezca” transparente (la mancha siempre vuelve a salir).

Para garantizar la transparencia pueden ayudarnos mucho las auto-evaluaciones , las auditorías y las evaluaciones externas.

Todas las partes participan, todas lideran (aunque sea de formas diferentes)

Para que la red funcione, es preciso un compromiso real y evaluable, de cada una de las partes. Si unas trabajan mucho por la coordinación y otras nada, el asunto durará muy poco. La eficacia de la red requiere que todas las organizaciones participen, se mojen, en la medida de sus posibilidades reales (que no son las mismas para todas).

Hay que diversificar las tareas y las formas de participación en la coordinación, para que todas las organizaciones PUEDAN participar. Es preciso evitar fuertes desequilibrios en la participación (sobrecargas para unas e inhibición para otras), siempre debe haber “otras” formas posibles de participar. Y si hay desequilibrios (porque alguna asociación no puede participar como quisiera), que sean razonados, argumentados, conscientes y asumidos. Y solidarios.

Todo el mundo tiene claro qué hace todo el mundo

Cada organización, colectivo o centro educativo, además de conocer sus propias tareas en la red, debe conocer las funciones y tareas de las demás. Eso significa conocer bien el “mapa” de nuestra red, tenerlo siempre en el coco. Yo se lo que haces tú, tú sabes lo que hago yo. En todo momento podemos conectar directamente, con facilidad.

Evaluación, esa “cosa” de la que tanto hablamos

Evaluar, revisar -conjuntamente, responsablemente- la acción común, los proyectos y actividades, los compromisos y el funcionamiento de la red. No hacer por hacer, hacer y aprender a hacer mejor. No tenemos un “modelo” acabado y contrastado sobre la forma de construir redes entre diferentes agentes educativos, hay que inventarlo cada día, probando, aprendiendo. Así que, si no queremos repetir siempre los mismos errores, hay que evaluar para poder mejorar.

Esos aparatos tecnológicos

Con las tecnologías podemos hacer cosas que nunca pensamos. Ahí están los ejemplos de las grandes campañas sociales que utilizan Internet para coordinarse y en las que participan miles y miles de colectivos diferentes en todas partes del mundo. En nuestro caso, tenemos la comunidad de aprendizaje en http://moodle.cje.org/ aprovechando las oportunidades que, para la información y la comunicación, nos ofrecen esas herramientas tecnológicas. Así que: ¡A prepararse ! (formación, formación y formación).

Querer y quererse

Si, al final de todo, esto de las redes, como todo, como la vida misma… depende de personas concretas, de nuestra voluntad personal, de nuestras ganas de encontrarnos y hacer cosas conjuntamente.

Son las relaciones entre las personas las que construyen las redes, las que cambian el mundo. No podemos –es imposible- dejar a un lado los sentimientos, las emociones, los afectos. Se trata de incorporarlos, de convertirlos en una fortaleza, en un factor fundamental que nos ayude a avanzar en la cooperación mutua.

Así que, eso, a querer y quererse, a sumar fuerzas, gentes -¿cómo tú?- que quieran arrimar el hombro para cambiar las cosas. Y a celebrarlo, que falta hace.

Para saber más:
CUADERNO PRACTICO Nº 4: REDES ASOCIATIVAS.
Sumar fuerzas para multiplicar resultados.
Fernando de la Riva y Antonio Moreno. CRAC, 2ª Edición Revisada. 2010.
http://redasociativa.org/crac/download/cuadernillos/cp4_redesasociativas.pdf

10. Comunicación como herramienta principal para la campaña

Es indispensable que la comunicación funcione para que nuestros grupos, equipos y la propia campaña funcione.

Una de las reglas de oro de la comunicación, es que “ES IMPOSIBLE NO COMUNICAR”. Queramos o no, siempre estamos transmitiendo imágenes, impresiones, mensajes sobre nosotros y nosotras mismas , y recibiéndolos de las demás personas. La mala comunicación puede producirse aunque existan buenas intenciones. Aunque pongamos toda nuestra buena voluntad, a veces no es suficiente para que se dé una buena comunicación.

Hacemos referencia a los principales obstáculos que podemos encontrar en la comunicación y a las posibles formas de afrontarlos:

DIFICULTADESREMEDIOS
La comunicación no funciona porque las personas miembro no se conocen, tienen prejuicios, estereotipos, etc.Fortalezcamos el conocimiento mutuo, el diálogo, el buen rollo
Existen diferentes lenguajes, códigos o jergas entre las personas del equipo.Construyamos un lenguaje común entre todas las personas que podamos utilizar y mediante el cual nos podamos entender.
Las personas del equipo no saben escuchar, intercambiar ideas, dialogar, construir acuerdos, participar en la comunicación.Consideremos la comunicación como un proceso complejo, reforcemos la formación para la comunicación: educar y ejercitar la escucha y la expresión, no pensar que sabemos lo que otras personas quieren decir y que saben lo que deseamos expresar.
Faltan estructuras, canales y redes de comunicación claros y sencillos, faltan responsables y referentes para la comunicación, lo que produce espontaneismo, improvisación y muchos rumores.Establezcamos canales y redes de comunicación “precisos”, respetemos los tiempos comunes para la comunicación, revisemos y evaluemos el funcionamiento de estos canales regularmente para adecuarlos a las necesidades.
Tenemos un modelo de organización jerárquico (de arriba abajo) que impide la fluidez de la comunicación (todo tiene que “pasar” por la jefatura, la dirección, el profesorado).Establezcamos un modelo de comunicación en todos sentidos (de abajo arriba, entre las personas del equipo, etc.).
Falta reciprocidad, intercambio en la comunicación.Contrastemos regularmente las informaciones, promovamos la retroalimentación con todas las interlocuciones y partes de las redes comunicativas.
Existe un número excesivo de intermediaciones en la comunicación, las informaciones se deforman.Evitemos que las informaciones tengan que recorrer un camino excesivamente largo.
Estamos saturados de información, exceso de “paja”, que dificulta saber que informaciones son significativasAnalicemos críticamente la pertinencia de las informaciones, su utilidad, sus personas destinatarias, sus códigos, etc…
Se producen un montón de ruidos o parásitos de la comunicación, interrupciones, desorden, mezclas de temas, dispersión, malas condiciones materiales.Revisar regularmente el funcionamiento y los canales de comunicación. Evitar interferencias.

Cuando observamos la cantidad de elementos que son necesarios para que se realice una comunicación efectiva parece muy difícil que esta llegue a producirse. Por ello, es importante reconocer las dificultades y trabajar sobre ellas, hacer el esfuerzo de: escuchar, reflexionar, organizar nuestros pensamientos, ponernos en el lugar de la otra persona, expresarnos con claridad… pero sobre todo lo importante es “querer comunicar” y “querer escuchar”, tener la intención de compartir con nuestro equipo aquellas cosas que sabemos que son de interés y de relevancia para nuestro trabajo.

Para ello, os aconsejamos algunas pistas para favorecer el “querer escuchar”:

  • Alejamos nuestros prejuicios y opiniones pre-establecidas. Intentamos no elaborar pensamientos propios cuando escuchamos.
  • El centro de nuestra atención es la otra persona.
  • Centrarnos en el tema que se está comentando, evitando las distracciones, los elementos tangenciales.
  • Tomamos conciencia de nuestro estado emocional y el de la persona interlocutora.
  • Mantenemos una actitud positiva, mostramos interés y motivación.
  • Prestamos atención a los elementos verbales y no verbales de la comunicación.
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11. Recomendaciones para la gestión de debates

Es preciso tener definida la temática del debate y la posición (a favor o en contra) de las personas participantes del mismo.

  1. Una vez definidas las posiciones de las personas participantes conceder turnos a cada parte permitiendo que la contraparte ofrezca una respuesta antes de realizar una nueva pregunta.
  2. Mantenerse imparcial: durante el desarrollo del debate la persona moderadora debe optar por una actitud totalmente imparcial, evitando mostrar su opinión sobre el tema o su inclinación hacia alguna de las partes exponentes. Dicha imparcialidad debe también verse reflejada en los tiempos que ofrece a cada participante y en la entrega de la palabra.
  3. Controlar el tiempo del debate: ofrecer a cada orador u oradora un tiempo equivalente de exposición.
  4. Controlar la temática en todo momento. No dejando que el tema principal que se trate pierda protagonismo y derive en otro.
  5. Si algún orador/a desvía una pregunta, quien modera debe enfocar de nuevo la atención entorno a la pregunta formulada.
  6. En caso de faltas de respeto o una actitud poco adecuada de algún participante, la persona moderadora deberá llamar la atención al mismo/a o incluso expulsarlo/a de la mesa si lo considera conveniente.
  7. Finalizar el debate recalcando con declaraciones o titulares destacados de cada parte que resuman cuál ha sido la conclusión de su mensaje o discurso.
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12. Recomendaciones para realizar una asamblea

Hay diferentes tipos de asambleas: grandes, pequeñas, de información, de debate, de toma de decisiones, de generación de ideas… al fin y al cabo, la asamblea no deja de ser un espacio colectivo en el que un grupo de gente se comunica y llega a acuerdos -o no- a través del diálogo, aunque no sólo de él. En el contexto educativo, las asambleas pueden ser de aula, de ciclo, de centro, de facultad o de claustro…etc, de manera que es un espacio presente en la cotidianidad de las instituciones educativas.

Cuando nos juntamos en una asamblea enfrentamos varios riesgos: puede ser aburridísima porque unas pocas personas monopolizan la palabra, porque perdemos el norte a dónde queremos llegar, porque se manifiestan intereses particulares velados, porque no nos respetamos, porque no escuchamos las propuestas, porque… y entonces la asamblea deja de ser un espacio horizontal de trabajo.

Por todo esto proponemos 15 PISTAS a tener en cuenta, aunque sabemos que no hay reglas fijas y cada persona, grupo y centro educativo es un mundo particular al que tendremos que adaptarlas:

  1. PREPARAR las asambleas previamente, siempre que sea posible, por un grupo o comisión que, teniendo en cuenta el tiempo disponible, prepare la lista de temas que se pueden abordar (llamado “orden del día”), dejando algún punto abierto para las propuestas de última hora que puedan surgir en la propia asamblea. Ese grupo debe contar con la confianza general y debe preparar la asamblea pensando no en sus opiniones e intereses particulares sino en los intereses generales y en hacer posible la participación, el debate y la toma de decisiones (cuando este sea el objetivo).
  2. DEFINIR. Para ser eficaces es importante que definamos y aclaremos el carácter de la asamblea en su convocatoria. Puede haber asambleas para alcanzar consensos y decidir ciertas cuestiones, pero, del mismo modo, podemos realizar asambleas informativas o de libre expresión, sin la necesidad de tomar decisiones.
  3. CONVOCAR las asambleas con toda la antelación posible, utilizando medios tecnológicos -redes sociales-, carteles en el centro educativo o facultad, o cualquier otro medio donde se indiquen los temas a tratar. La asamblea debe comenzar señalando los temas previstos para que puedan ser conocidos por todas las personas. Esto es lo que se conoce como orden del día y debe estar lo más claro posible. También es recomendable adelantar que carácter tiene cada
  4. AMPLIAR la participación por otras vías, además de la voz en la asamblea. Podemos recoger información, aportaciones, opiniones… a través de notas que se pegan en un cartelón con los puntos del orden del día o de la relatoría de una asamblea, posibilitando que las personas que no pueden asistir expresen su opinión y se sientan parte del proceso de toma de decisiones.
  5. MODERAR. Es conveniente que exista siempre la figura de persona moderadora, con apoyos para recoger los turnos de palabra y a ser posible, otra persona que escribe en papel continuo, papelógrafo o similar las aportaciones, con idea de que todo el mundo pueda ver qué argumentos aparecen en la asamblea, evitando repeticiones y reiteración sobre aspectos ya tratados. Es una buena idea hacer patentes los mínimos a los que se van llegando.
  6. OPINAR. Tras exponer cualquier tema del orden del día, mediante la información de la comisión preparatoria por ejemplo, deben presentarse -si los hubiera- los puntos sobre los que debe pronunciarse la asamblea. Y debe abrirse un turno de intervenciones para que quien lo desee pueda opinar antes de que la asamblea se pronuncie. Los turnos deben ser “cerrados”, inscribiéndose previamente la gente que quiera hablar, y con un tiempo limitado, porque si son abiertos el debate puede prolongarse indefinidamente aburriendo a las piedras.
  7. CONCRETAR. Es conveniente evitar las intervenciones largas. El tiempo de intervención debe estar indicado previamente (3 minutos, como máximo en asambleas masivas) y debe ser respetado, “dando toques” cuando sea necesario (porque alguien se enrolle) por parte de las personas moderadoras. También es conveniente evitar las repeticiones y las intervenciones reiteradas de las mismas personas, para que no acaparen la asamblea. Para ello puede ser conveniente indicar “un solo turno” o dar prioridad en el uso de la palabra a quienes no han intervenido todavía.
  8. SENTIR, PENSAR, HABLAR. Hablar debe ser nuestra última acción, primero hemos de escuchar qué se está diciendo, valorar la pertinencia o no de pedir la palabra pues puede que nuestra aportación sea una repetición de una idea ya dicha, o no aporte nada importante al debate.
  9. ESCUCHAR qué se dice, y no quién lo dice. Atender a los argumentos que cada cual expone, valorar que sean oportunos, apropiados… sin hacer valoraciones morales.
  10. RESPETAR. Expresarnos de un modo inclusivo. Cuidar nuestro mensaje al dirigirnos al resto, sabiendo que hay personas diferentes: de otras culturas, mujeres y hombres, de distintas edades y con diferentes conocimientos…para respetar y valorar las diferentes opiniones.
  11. CONSENSUAR. En las asambleas, las decisiones que se toman son aquellas que cuentan claramente con amplio acuerdo, que llamamos consenso. Para alcanzar consensos tenemos que apostar por el Mínimo Común Multiplicador -aquello que nos une y que nos puede hacer dar pasos hacia delante-, y no buscar el Máximo Común Divisor -aquello que nos separa, nos diferencia-. Muestra sólo tu desacuerdo cuando no te veas reflejado en absoluto. No tienes que estar de acuerdo en todo. El consenso de grupo supera nuestra opinión personal. Para alcanzar un consenso amplio o incluso absoluto lo interesante es ajustar las propuestas, no mantenerse férreamente a ellas, apelar a la autoestima colectiva y ser capacees de dar respuestas que integren a otras propuestas.
  12. En último caso…VOTAR. Las decisiones de la asamblea deben producirse, preferiblemente, por consenso, o sea, deben reflejar la opinión de la inmensa mayoría de quienes participan en ella. Pero, si hubiera diferentes posiciones y fuera necesario votar, antes de hacerlo deben presentarse con absoluta claridad las diferentes opciones entre las cuales elegir. En todas las votaciones debe preguntarse siempre quien está a favor, quién en contra y quien se abstiene, para que sean visibles todas las posiciones, también las minoritarias.
  13. RESOLVER. Si las opiniones a favor o en contra fueran claramente mayoritarias, eso expresará la opinión de la asamblea. Si las opiniones estuvieran muy repartidas, se puede volver a revisar el tema y traigan de nuevo a la asamblea más unas opciones más elaboradas. Es importante que la asamblea no se quede “bloqueada” por un tema determinado. Si el tema fuera “fundamental”, se deben buscar otros mecanismos para discutirlo sin que paralice la asamblea.
  14. MULTIPLICAR. INFORMAR Y EXTENDER. Hemos de cuidar la transparencia y la información posterior a la asamblea. Publicando o difundiendo las actas, relatorías, calendarios, acuerdos, normas o cualquier otro documento, para que estén accesibles a cualquier persona en cualquier momento.
  15. PRACTICAR. La dinamización (y la participación en general) de asambleas requiere práctica y entrenamiento, se aprende, y a medida que las integramos en la vida del centro educativo nuestras capacidades aumentan, de ahí que la rotación en las tareas sean un elemento esencial.

Si lo que vamos a desarrollar es la Asamblea de unificación de propuestas planteada en los itinerarios de la línea 3 recordamos:

  • Definir el orden del día.
  • Distribuir el tiempo equitativamente para que cada grupo plantee su propuesta.
  • Recoger las aportaciones que hagan cada grupo a las propuestas del resto.
  • Asegurarse de que hay consenso en las propuestas finales.
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13. Pistas para la realización de acciones

Para poner en marcha la organización de una actividad participada por el alumnado, es importante tener en cuenta las siguientes recomendaciones:

Apoya, no suplas: nuestra tarea como personas formadoras es convertir la acción en un instrumento para el aprendizaje. En ocasiones se puede llegar a suplir la acción del grupo-aula, de manera que no llegan a tomar conciencia de lo que implica actuar de forma colectiva.

Busca complicidad: la seducción es nuestra mejor aliada, así que corresponsabilizar a otros actores de la comunidad educativa y de nuestro entorno para que formen parte de la acción definida por el grupo-aula, es la estrategia clave para sumar recursos, esfuerzos y voluntades.

Transparencia: cualquier contratiempo, cambio de planes o dificultad, se comparte con el grupo-aula, con las entidades o personas colaboradoras. Entre todas es posible que se encuentre alguna alternativa.

Estimula la creatividad: es importante buscar soluciones diferentes, que la acción sea una oportunidad para crear cosas imposibles, una situación para la experimentación.

Relaja los tiempos: lo importante es el camino. No pasa nada si hay que ralentizar, si los plazos no se cumplen, nuestro objetivo es el aprendizaje mediante la acción, así que es posible que tengamos que realizar cambios sobre la marcha, pero vívelo de forma natural.

Gestionar es que hagan los y las demás: el mayor éxito de una acción es implicar en su gestión y desarrollo al máximo número de personas, por ello interesa hacer menos pero con más gente, eso posibilitará la relación del grupo-aula con múltiples sectores, con quienes tendrán que establecer múltiples diálogos.

Lo que suceda es lo mejor que podía suceder: hay momentos, sobre todo durante el desarrollo mismo de la actividad, que valoramos como podría haber sido si se hubieran dado tal o cual condición, impidiendo vivir el momento con plena intensidad. El grupo-aula nos va a solicitar mucha atención, así que centrémonos en sus aprendizajes.

Todo es aprendizaje: el éxito, el fracaso, los ritmos diferentes, los conflictos, la falta de apoyo, la colaboración…etc. No podemos anticipar lo que va a ocurrir en el desarrollo de una actividad al ciento por ciento, pero si podemos traducir la experiencia en aprendizaje.

Ante todo el grupo: ahí es donde tenemos depositada nuestra energía, ellos y ellas deben ser las protagonistas, quienes vivan y sientan que están sacando adelante su propuesta, que están convirtiendo una idea en acción y que lo hacen después de un proceso en donde han tenido en cuanta muchas informaciones, conocimientos nuevos. Es su momento y así debemos transmitírselo al resto de agentes de la comunidad.

…y otras que ya conoces fruto de propia experiencia: porque tenemos el convencimiento de que ya cuentas con muchas claves de tu propia experiencia. Toma nota de ellas, súmalas a estas, modifica, incorpora, transforma y sobre todo DISFRUTA del momento en que tu grupo-aula, pasa a la acción.

14. Algunas técnicas para hacer subgrupos

La cesta está revuelta

El grupo se sitúa en círculo, con la persona dinamizadora en el centro. Todas las participantes son plátano, la persona de su derecha «limón» e izquierda «naranja», o cualquier otra fruta. La persona dinamizadora señala a una persona y le dirá el nombre de una fruta, según la fruta que le diga la persona señalada tendrá que decir el nombre de la persona en cuestión. Si la persona señalada se equivoca, forma un primer grupo (hasta llegar al número estimado) y así sucesivamente.

Cantar canciones

Situamos en el centro del aula una bolsa con papeles doblados, uno por cada persona participante, con letras de canciones. Por turnos cada persona coge uno y cuando todas tengan el suyo, deben cantar la canción y encontrarse. Cuando haya finalizado ya tendremos formados los grupos. Escribiremos tantas canciones como subgrupos queramos realizar. Este sistema puede tener variantes, pues en vez de canciones podemos poner animales, para hacer sonidos…etc.

Coincidencias

Podemos formar subgrupos por coincidencias entre las personas participantes, como por ejemplo:

  • La talla de calzado.
  • La primera letra de los nombres.
  • El tipo de vestimenta.
  • Comida preferida.
  • Tipos de música preferida.
  • Otras.

Numeración

Las personas participantes se sitúan en círculo y se enumeran en función a los subgrupos que queramos realizar, para después juntarse todas las personas con el mismo número -los 1 con los 1, los 2 con los 2, los 3 con los 3…-.